Friday, June 30, 2006

La historia del Camello que llora

Yo: Me he enamorado como los niños que lo quieren todo.
CRG: ¿Se puede querer de otra manera?
Me he enamorado como una niña... pienso en la breve conversación virtual con mi admirada CRG, quien siempre tiene preguntas-respuestas filosas, punzantes: ¿Se puede querer de otra manera? No. No se puede querer a medias tintas. Lo sé. Lo sé.
*
Su imagen: vestía una garbadina negra y pantalón de mezclilla ajustado. La forma de su cuerpo. Sus ojos están clavados en los míos. La reconozco entre la multitud que cruza con prisa la esquina. Ella camina con serenidad. Ríe. Ni siquiera se percata de la lluvia. La primeras gotas caen sobre su cabello oscuro, entonces se ajusta la gabardina hasta el cuello. Vuelve a reír. Y yo la contengo a mitad del crucero. Me abraza. Me besa.
*
Subimos las escaleras eléctricas del Centro Comercial. Le digo: miráme y luego: flash.
*
La historia del camello que llora. Sus manos y las mías entrelazadas. Sus labios y los míos otra vez unidos. Lloro en silencio mientras como palomitas con capsut. Lloro en silencio cuando el camello ha aceptado a su crío. Lloro porque el camello llora. Lloro porque ella está conmigo. Y no entiendo nada. Y no quiero entender nada. Sólo siento y me siento feliz como una niña que lo quiere todo, que lo tiene todo.
*
Salimos de la sala, un bebedero. Ella lo mira y me dice: bebamos, bebámonos. Una, dos, tres. Y somos dos niñas traviesas bebiéndose. "Te acuerdas", me mira. "¿De?", respondo. "Great Expectations". "¡Claro!". "Otra vez, otra vez".
Agua. Acqua. Agua.
--sbc

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