Papá está enfermo otra vez. Papá está en cama con el rostro amarillo y los ojos cerrados. El cabello revuelto. La barba crecida.

Papá está enfermo otra vez. Papá tiene fiebre. Papá delira. Dice que quiere volver a su casa. A la casa de sus padres. Papá delira. Dice que quiere caminar sin bastón. Caminar sin prisa. Caminar sin tiempo.

Papá, quisiera que me dieras tu mano y la apretaras como cuando niña. Y sé que no era tu mano en mi mano, sino tu mano en mi muñeca como una cadena. Apretabas fuerte.

Papá, siempre te tuve miedo. Miedo al enojo. A la furia de un espíritu explosivo.

Papá, tu cuerpo fuerte. Atlético. Viril. También lo admiré. Eras el héroe mi infancia. Me gustaba sentarme entre tus piernas y mirar tu rostro, jalar tu barba. Quería tener tu barba. La dibujaba sobre mi rostro y me parecía a ti.

Papá, un hombre arrebató mi nombre de tu corazón. Y el silencio durante años fue un diálogo perfecto.

Papá, no sé, nunca supe o no quise saberlo, si me miraste crecer. Yo crecí contigo en cada palabra no pronunciada.

Papá, hoy toqué tus cabellos mientras delirabas no sé qué cosa y recordé en un segundo: el no saber, el no atinar de tus acciones. La oscuridad de tus ojos.

Papá, hoy toqué tus cabellos y me miré niña otra vez junto a ti.

Papá, me dueles porque no eres el hombre fuerte. Siempre lo has sido.

Papá, me dueles porque no quiero que te vayas. Y nunca has estado más cerca.

Papá, hoy toqué tus cabellos y me toqué en ellos. Lacios como los míos. Soy tu hija.

Papá, hoy toqué tus cabellos grises y el silencio volvió a unirnos.

--sbc

Tendría que estar puliendo mi texto final para las Jornadas. He decido no hacerlo. ¿exceso de confianza? ¿nerviosísmo? ¿vale madrismo? Todo junto. Miento. Creo que es un exceso de confianza. Lo asumo. Así funciono. Recuerdo los años en la preparatoria, cuando mi amiga de banca creía que yo no estudiaba y me regañaba: ¡Qué irresponsable. Te vale todo! Lo lamentable fue el día de nuestro examen final. Ella asumió que yo no había estudiado. Y dejó que mirara las respuestas de su examen. Yo, le dije que tenía errores. Ella no corrigió. Yo pasé. Ella se quedó otro año más.

Lo mismo sucedía en la facultad de filosofía, siempre estaba detrás de Azucena. Y ella me decía algo semejante, yo no contestaba. Cada quien tiene su propio método de estudio. Azucena decía que tenía suerte. ¿suerte? ¿inspiración? "¡Suerte, claro que no!" Me desvelaba escribiendo, corrigiendo mis ensayos en inglés, leyendo. Y ella decía que tenía suerte. "Sí, le caes bien a tus maestros". "Claro, es eso". En realidad, sí debo asumir que había una despreocupación por obtener una nota alta. ¡A quién le importa! A mí, no. Pero mis notas, algunas fueron altas. Ahora en la oficina sucede lo mismo, Estela siempre dice que mi problema es el tiempo. Que no hago nada productivo y que me la vivo en conferencias, en presentaciones. Y que eso no es productivo. En fin, cada quien tiene su percepción de la vida, del trabajo (propio y ajeno), del tiempo. Y sí, soy una hedonista. Me gusta disfrutar, sentir las horas lentas de un día, mirar las nubes, caminar despacio... sola.

*

Querida amiga, cuántas cosas han pasado desde mi último correo que ni te podrás imaginar. Primero, sigo teniendo tres trabajos y cero tiempo para escribirte, pero hoy no hubo clases en la tarde y gran coincidencia: tu correo!

Ales está muy bien y tenemos una linda gatita que recogimos de la calle y que me hace muy feliz. Terminé mi relacion con Guillermo, hace ya varios meses, y decidimos por la situacion financiera seguir viviendo juntos, pero como "roomates". Yo ya salgo con alguien más y quiere mucho a Alessandra. No sé en que va a parará esto.

Por lo demás, la peor noticia es el clima, que empeora día con día.

Recibí estas líneas invernales --tan suyas, tan propias--. Hay una oración que me conmueve: Mi mama está bien, pero sigue siendo una mujer tóxica y sin quererlo le hace daño a los que la rodean.

Una mujer tóxica

Me he quedado muda frente a la pantalla.

Hay una mujer tóxica en mi vida.

Y seguimos o la sigo. Y ella sin piedad, con cinismo me tortura.

sin quererlo le hace daño a los que la rodean

sin quererlo. Yo lo creo. Yo la quiero infinitamente como una condena. Es tóxica. Es letal.

--sbc

Amigas

Ya sabes, el tipo de amiga
con quien puedes ser niña.


Sabes lo que quiero decir, una mujer con quien ríes en este instante
pero puedes estar mortalmente seria al siguiente.



El tipo de amiga con quien puedes ser una cabrona
y sabe que has sido una cabrona y te lo dice



La clase de amiga a quien normalmente le cuentas todo
y cuando se te olvida contarle algún secreto que has estado guardando
y por casualidad se lo mencionas, te sorprende no habérselo dicho
antes.



Ya sabes, la clase de amiga con quien puedes salir
sin tener que pagar cada quien su cuenta.



La clase de amiga con quien juegas
y duermes y vas al cine y chismeas a media día
o a media noche y discutes sobre política
y con quien nunca estás de acuerdo y sin embargo, lo estás... ¿sí sabes;
no?



La clase de amiga a la que y con quien guardas secretos
y puedes ser confidente, de hecho ambas insisten en serlo.



Me refiero al tipo de amiga con quien ríes
y lloras por alguna otra mujer que te rompió el corazón
aunque sea la enésima vez que te pasa en el año,
y te abraza y te deja gemir
como si fuera la primera vez que tu corazón se rompe.



El tipo de mujer que no dejará sin voltear
una sola piedra hasta encontrar por qué hirió
tus sentimientos, aunque no jfuera su intención y en especial
si lo fue.



La clase de amiga de quien aceptarás de buena gana
una disculpa aún cuando ahora sientas que bien pudiste haber estado
demasiado sensible aquel día y disfrutar sabiendo
que a alguien le interesa tanto como te sientas
sin tener que preocuparte por la monogamia o la poligamia
o por cuál lado de la cama es el tuyo o nada.


La clase de amiga a quien le puedes contar
cómo te hizo tanto mal tu amante sin enojarte
cuando no haces para nada todas las cosas que jurastes que harías


El tipo de amiga con quien puedes enorjarte
o estar en total desacuerdo o perder
y no se dará por vencida respecto a ti ni dejará de quererte.


La clase de amiga que te dará
espacio para enamorarte aún cuando tu nuevo affaire
afecte su espontaneidad para aparecerse o
llamarte tarde para decirte alguna tontería y oír tu voz
y asegurarse sobre algún temor que todavía no puedes nombrar.


El tipo de amiga que no se molesta
hasta que no te ve u oye de ti
por dos semanas enteras y entonces viene
o te llama y te chinga durante días
y luego van por un helado.


Me refiero a la clase da amiga que permance iracunda
con la gente que te jodió mucho tiempo después
de que tú ya las perdonado.


La clase de amiga que deja regordearte
en la autocompasión durante el tiempo necesario
y luego te lanza una discreta patada.


El tipo de amiga que ya sea lejos o cerca estará ahí para ti,
borrando la distancia al momento de enfrentar algún enemigo externo o
problema


Me refiero a la clase de amiga que siempre respeta
lo que es privado y vulnerable para ti.


Ya sabes, me refiero a las amigas.


Poema de Andrea R. Canaan
Traducción Irlanda Villegas Salas


--sbc

Nueve meses. Tu ausencia marcó mi rostro. Un largo después. Silencio.

Mi familia. Mi padre que te ha mirado junto a mí. Y él sabe del amor mío que es sólo tuyo. Mi madre que me ha consolado en su caricia. "Ella volverá", me dijo cuando no hacía falta decir tu nombre. Era el silencio. La orfandad. Cuando te abrazo, la abrazo a ella. Y son las dos el cobijo tierno de mi amor infantil. Mis reclamos son de niña. De niña extraviada. Una niña que quiere a su madre. Sólo a su madre. Y llora. Patalea. Grita.

Eres la Única Mujer que ha visitado mi origen. El principio. Esta mujer que soy (hipocondriaca. Azotada. Egocéntrica. Intolerante). Es la Misma Niñita que reclama tu nombre. Mi nombre.

Susy! Gracias por ser la Misma, gracias porque pudimos encontrarnos en esta vida otra vez! Te quiero mucho.

En esta vida (Yo te declaro la fidelidad absoluta de este amor) (Yo también la quiero a Usted) y en la otra también.

--sbc

Oh voz querida que mi dicha labras,
te esperó tanto tiempo mi desvelo:
¡no, no he de resistir a tus palabras!

Filoctetes
Sófocles
--sbc

Una llamada telefónica. Una llamada abrupta. Una conversación que requería el encuentro. No tarde 10 minutos, y ya estaba frente a ella. Mi alegría de días se transformó luego de la noticia. El formalismo acompañado de la calidez de un abrazo. "Por favor, toma asiento", luego el intercambio de buenas razones. No tardo mucho. Así son la noticias malas. Vuelan. Son precisas. No hay concesión. "Metástasis". No pregunté más. Estaba claro. Muy claro. Y mi rostro y el de ella se entristecieron. "Hay que dar batalla". Salí triste. Consternada. Muda.

De regreso. Pensé y sigo pensando en cómo se ha transformó mi vida con su encuentro. En la esperanza. En la fe. En el cambio. En la capacidad de evolucionar, de moldearse. De la precisión. Es una mujer fuerte. Es alemana. ¿eso importa? No lo sé. Es una mujer fuerte. Severa. (quizá). Me dijo que tienen 50 años de vivir en México. "Este país nos ha dado tanto". Y yo creo que son ellos quienes han podido construir lazos. Crecer juntos. Caminar juntos. Son una pareja entrañable. Ella-historiadora y Él-lingüista-filósofo. Artífices de una lengua. Padres. Amigos. Doctores. Guías. Y al mismo tiempo, los seres más amorosos. Humildes. Por eso, ella se queda con él y lo seguirá. Se acompañaran. Estarán juntos. Siempre.

Mis oraciones. Mi fe. Están con ellos.

--sbc

noviembre me gusto para que te fueras...

(ah! que es diciembre) (bueno, yo siempre quiero ir un paso adelante) (claro, por aquello, de quien lleva el control, mmm ¿control? o más bien, la poca tolerancia) (A qué. A la incertidumbre. Control o intolerancia) (Un paso adelante) (Siempre)

noviembre me gusto para que te fueras...

ya fue, qué no...

--sbc

Sala Miguel Covarrubias

En el aquí y en el ahora: mi nuevo espacio recién acondicionado. Todo nuevo. Todo/Tolerancia. Eso. Compartiré mi espacio laboral con otros personajes. Mmmm ya qué?

--sbc