La primera lectura
Presentar un texto. Leerlo. Leerlo en voz alta frente a un grupo atento que emitirá un juicio. No es tarea sencilla. Nerviosismo. Titubeo. Silencio. La lectura individual de cada miembro del taller mientras uno espera el veredicto. La lectura más detallada es la Samperio. Justo cuando todos han terminado de hacer anotaciones al margen del escrito, Samperio sigue imantado al texto, escribiendo también con un marcador rojo como si el tiempo no existiera, sólo el texto. Termina y nos observa. Elige a alguna persona de la lista de asistencia, y de inmediato, se establece el diálogo entre quien da el juicio y él. El autor de texto no puede hablar, debe permanecer callado. Introyectar la crítica. Esta es la dinámica de nuestro taller.
El lunes presenté un relato. Antes del mío, leímos uno de Agnes. Fabuloso. Una historia infantil, bien tramada. Ágil. Inteligente. Producto del primer ejercicio escritural que Samperio nos solicitó, en caso, de no tener un relato propio. Agnes hiló tan bien cada palabra. Sin duda, es una joven con mucho talento. Y sólo tiene 20 años. Después, fue mi turno. Y aunque hubo algunas imprecisiones en la lectura de quienes opinaron, mi texto fue bien recibido. Lo interesante para mí, fue el comentario y las recomendaciones de Samperio: "está bien llevado. Bien construido". Puedo afirmar que me siento satisfecha de esta primer presentación. Y haré las modificaciones en mi texto.
Vendría una lectura más.
El taller avanza con gran entusiasmo.
--sbc
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