Hoy rumbo al Espacio Escultórico. En el aquí y en el ahora, una llovizna apenas perceptible cubrió mis lentes. Apuré los pasos, en un minutos estaría frente un grupo de estudiantes. Entonces algo se detuvo en mi mente: "decidir. Tener opciones. Lanzar una moneda. Apostar.
Mirar indolente el tiempo. Las horas". Arribé con retardo. Mi compañero ya había comenzado la explicación. Yo sólo agregué algunos comentarios. El ánimo del grupo estaba disperso. Algunos escuchaban con atención. Pocos. Otros, ya deseban que la visita concluyera. Y en el interior del espacio, la hierba cubría las piedras. Fue una mañana extraña. Rara. El Espacio Escultórico era otro. Debajo de la hierba está el oleaje del tiempo, ese icerberg que nadie desea ver.
--sbc
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