Tuesday, September 18, 2007

El fin de semana estuve con mis padres, mi sobrino mayor y mis perros. El lugar: Rioyos Buenavista, estado de México.
Serenidad y amor filial. Amor filial. A veces desearía que todos en el mundo tuvieran una madre como la mía: amorosísima. Si la gente tuviera madre, las relaciones interpersonales serían otra cosa y no me refiero al matriarcado. Sólo al contacto primigenio con la mujer que nos da la vida. A ese contacto físico tan necesario en nuestra vida. Aquello que nos da seguridad. A eso. Sólo a eso. Eso que sólo una mujer puede ser: madre. Dadora de vida.
Padre. Tu serenidad me asombra. Cuando asistía a mi terapia en los años de oscuridad. Solía asociarte con Tirisias. Eras un oráculo. Frío. Certero.
Regresar a ti, involuntariamente, supongo que es el llamado de la sangre. One blood. "La sangre llama" dicen los que saben. Te veo de frente. Te puedo mirar de frente y pedir tu opinión sobre esto y aquello. Ay! padre, me conoces tan bien a pesar de los largos años de silencio. A pesar de las sombras. A pesar de las no palabras.
Hoy ya nada duele. Sé que me miras desde ese ángulo... eras un niño cuando tu padre murió, entonces tu madre se volvió a casar y te abandonó. La orfandad te acompañó hasta que encontraste a la mujer que te ha acompañado estos cuarenta y tantos años. Mamá.
Hoy ya nada duele.
Por primera vez, le he hablado a mi padre de mis sueños premonitorios, para mi sorpresa él también los padece. Entonces no me equivoqué, cuando pienso en mi padre, pienso que en un hombre sabio. Sereno.
--sbc

No comments: