Monday, September 03, 2007

Hay personas que crecen en la ausencia. (Nadie me verá llorar)
Federico también se fue enamorando. A todo prisa, justo como la mítica bola de nieva que baja a toda velocidad por la ladera. Federico se volvió voraz. Avasallador. Deseaba a veces como los niños, sin reparo y sin consideración. Quería todo, especialmente lo imposible, como todos los enamorados, pero de entre todas las cosas él prefería sobre todo a las palabras. Federico se fue enamorando a toda prisa, loco, desprevenido, a través del tiempo.
(Ningún reloj cuenta esto)
El aire es de color azul. El horizonte una línea que corta el corazón en dos.
(Nadie me verá llorar)
Ay, Diamantina, cómo le haces para que el amor siga creciendo, para que se conserve intacto a pesar del tiempo, en vela, soñando con los ojos abiertos, esperando con tanta paciencia.
(Ningún reloj cuenta esto)
Pero la historia de amor no empieza así, tuvieron que pasar días de sol y noches sin luna. El azoro y la desconfianza tuvieron que pasar. La lluvia. Las ganas de salir corriendo. El futuro. El pasado. Y lo que está justo en medio de ellos. Para llegar al abrazo tuvieron que pasar ellos mismos.(Nadie me verá llorar)
El amor siempre ocurre después, en retrospectiva. El amor es siempre una reflexión. Lo supo la tarde en que lo vio sentado en al otro lado de la mesa.(Lo anterior)
Hay persecusiones que nunca terminan. (Nadie me verá llorar)
--sbc

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