Lectora activa de CRG Un libro de la doctora con la inscripción de su firma cruzando la hoja: Los texto del Yo se lee en la portada. ¡Ya los leí! Los reeleo. Su poesía, su narrativa crecen, crecen y se desbordan. ¡Ya no le pertenecen! ¿A cuántas personas les he obsequidado "Nadie..."? A las escritoras chicanas en su visita a México. A mis amigas: Estela, Lizy, Olivia, Soledad... ¿A cuántas personas les he hablado de su narrativa? A toda mi familia, seguramente. A mis sobrinos: al que me habla de hip-hop y al que se dice spoken-poet. A mis amigos de la facultad de filosofía y letras. A mi hermana mayor, que se equivoca y agrega: "Ah sí, Pacheco, Cristina Pacheco, ¿verdad?". A mis amigos del Instituto. A mis amigos de Difusión Cultural. A mis amigos extranjeros. Al desconocido que viaja a mi lado. ¿A cuántas personas les envío alguna nota, algún fragmento evocativo de su narrativa? A Luz, a mi Luz de Canadá. En nuestra correspondencia su nombre es una constante de la mejor literatura mexicana. ¿A cuántas personas les he regalado uno de sus poemas? A mi madre, a La más mía. A Ileana, quien me hace temblar sólo con mirar su silueta tras el cristal de la "Azul y Oro". A Ileana, quien literalmente me mueve el piso. El suelo de roca volcánica de Ciudad Universitaria. A Ileana, los versos de (La hoja). De la hoja, de la otra hoja marcada por una firma como un destino ineludible: la escritora. Acaricio el libro; detengo mis dedos entre sus páginas. Soy una lectora activa de una obra prolífica y releeo el último verso de IV. los vacíos del lugar: (Aquí no se oculta nada). --sbc |
A L |
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