Monday, July 03, 2006

Elena sin H

El Sol-Padre iluminó a la ninfa mujer, hija de dioses, ajena a la naturaleza mía.
Anhelante deseo de despertar junto a ella, sin que exista Paris ni Menelao
reclamando un sueño de amor.*

Tuvo que ser él, Homero mi cómplice en este primer sueño: en la Iliada ganaste tú la batalla. Después deslizaste tus pasos junto a Menelao en la Odisea. Desde entonces, he sido quien añora poseerte en este sueño en el que me veo complacida: una mujer que me nombre, que le dé nombre a esto que hoy nombro.
*Mis versitos. Fue en mis clases de civilización grecolatina donde conocí a Elena, La de Troya. Me enamoré de ella. Y al recordar su nombre, la recuerdo también a Ella. Estoy enamorada otra vez de todas las mujeres que es, la Griega.
--sbc

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