Tuesday, November 06, 2007

Una llamada telefónica. Una llamada abrupta. Una conversación que requería el encuentro. No tarde 10 minutos, y ya estaba frente a ella. Mi alegría de días se transformó luego de la noticia. El formalismo acompañado de la calidez de un abrazo. "Por favor, toma asiento", luego el intercambio de buenas razones. No tardo mucho. Así son la noticias malas. Vuelan. Son precisas. No hay concesión. "Metástasis". No pregunté más. Estaba claro. Muy claro. Y mi rostro y el de ella se entristecieron. "Hay que dar batalla". Salí triste. Consternada. Muda.
De regreso. Pensé y sigo pensando en cómo se ha transformó mi vida con su encuentro. En la esperanza. En la fe. En el cambio. En la capacidad de evolucionar, de moldearse. De la precisión. Es una mujer fuerte. Es alemana. ¿eso importa? No lo sé. Es una mujer fuerte. Severa. (quizá). Me dijo que tienen 50 años de vivir en México. "Este país nos ha dado tanto". Y yo creo que son ellos quienes han podido construir lazos. Crecer juntos. Caminar juntos. Son una pareja entrañable. Ella-historiadora y Él-lingüista-filósofo. Artífices de una lengua. Padres. Amigos. Doctores. Guías. Y al mismo tiempo, los seres más amorosos. Humildes. Por eso, ella se queda con él y lo seguirá. Se acompañaran. Estarán juntos. Siempre.
Mis oraciones. Mi fe. Están con ellos.
--sbc

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