Monday, October 30, 2006

Un domingo cualquiera
Las calles están llenas de escarcha. Llovió toda la noche. Libido ya no existe. La esquina de Tokio y Dublín se transformó. La casa que albergó un burdel moderno disfrazado de estética ahora es un edificio de cuatro pisos. El Ángel de la Independencia está cubierto de una malla oscura. Ningún festejo. La Diana lo observa desfiante desde la otra esquina. El árbol inclinado donde aquel domingo Marcela lloró amargamente, también desapareció. Ampliaron el circuito vehicular del Centro Cultural Universitario. La Historia de Un Loco Amor sólo vive en el lenguaje.
--sbc

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