Visita de un ángel
Mil gracias, querida Susana, por el detalle de llevarme la nota a clase. Lástima que fue como visita del arcángel San Gabriel: la enhorabuena, el pasmo y adiós. Espero que estés muy bien y que su taller de escritura en Toluca siga... y siga torturándote para que escribas. Besos. Rosa
Recibí este e-mail que me hizo añorar los tropiezos afortunados del pasado: el día que Rosa Beltrán olvidó su credencial que la acredita como profesora del posgrado de la UNAM, en la recepción de Difusión Cultural. Yo pasaba por ahí, y la señora que recibe al público me preguntó mostrándome la credencial sí la conocía. "¡Claro!, es mi maestra". Ella puso la credencial sobre mis manos. "Entrégasela. Ya se retiró". Aquel tropiezo fue afortunado. La volvía a ver. Y aún antes, Rosa me dijo que uno de sus tantos viajes, había llegado tarde al aeropuerto. El vuelo ya había partido. Ella no sabía si tomar el próximo avión o quedarse. Entonces recordó que yo le había proporcionado el itinerario del encuentro literario a donde asistiría. Decidió irse. Me lo agradeció con la misma frase que hoy anima el mail: eres un ángel.
--sbc
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